Description
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- Superfície: 75 m2
- Localización: Barcelona
- Fecha: 2012-2013
- Fotos: José Hevia
- La conocida como ‘Illa Europa’ ejerce de frontera entre el distrito de Grácia y el de Guinardó de Barcelona. Dicha manzana está delimitada por las calles Camèlies, Sardenya, Providència y Secretari Coloma. El estudio de reordenación urbana de la misma fue realizado por Francesc Mitjans Miró a finales de los años 60. El bloque en el que se situa la vivenda a rediseñar está emplazada en los números 84-86 de la calle Secretari Coloma. La propuesta busca en primer lugar redefinir un nuevo programa más adecuado a las superfícies disponibles y a las nuevas demandas, pasados ya más de cuarenta años de su construcción inicial, teniendo en cuenta que ningún elemento preexistente en el interior ofrecía consideraciones de interés patrimonial y atendiendo a las posibilidades que la estructura de la edificación ofrece. El nuevo planteamiento anhela asumir la totalidad del espacio como una unidad transformable en su uso cotidiano y abierta a posibles cambios con el devenir del tiempo, facilitando que éstos puedan ser llevados a cabo, en un futuro, de manera no traumática. Además el eje de la propuesta dispone en el centro de la transformación del lugar diversos factores de percepción espacial que persiguen desvirtuar los márgenes arquitectónicos preexistentes para, mediante la suma de estancias, la disposición de los materiales o la descomposición de los límites, llevar al usuario de la vivenda a sentir el pulso de una continuidad espacial discretamente difusa, tanto en el propio espacio interior como entre el interior i exterior. Mediante la eliminación del antiguo recibidor y pasillo de acceso, así como de diversas divisiones entre los espacios de servicio (cocina y lavadero o baño y distribuidor ) se consigue inundar de luz natural todo el habitáculo. El gran balcón exterior se desdibuja del original, tanto en su función como en sus propios límites. Mediante la eliminación de los antepechos opacos, la supresión de otros cerramientos y la instalación de un nuevo pavimento de madera en dicho balcón, que desborda hacia el interior y procura un efecto de continuidad con el exterior a través del nuevo intersticio. De éste modo se consiguen ampliar considerablemente las zonas comunes y obtener una nueva calificación espacial gracias a la secuencia de franjas y usos que ahora discurren sutilmente a través de la vivienda. Del mismo modo se ha buscado mejorar las condiciones de aislamiento y ventilación de la vivienda, y consecuentemente se ha podido plantear un nuevo sistema de calefacción para la misma gracias a una bomba de calor estratégicamente escamoteada en el único espacio en el que se ha reducido la altura libre, que no llegaba a 250 cm inicialmente, para así no menguar el volumen espacial. Con ese objetivo se han estudiado detenidamente las obligadas servidumbres de las nuevas instalaciones, integrándolas en la nueva arquitectura resultante, sin alterar la percepción de la misma. Se ha puesto especial empeño en la correcta ejecución de soluciones primarias como por ejemplo el hecho de que casi la totalidad de la construcción se ha realizado mediante tecnologías en seco que a la vez ayudan a ofrecer una economía tanto en los acabados como en los solapes para así conseguir la sensación de estar entre paneles que algunos se deslizan y otros no, aunque al menos éstos últimos ofrecen esa posibilidad sensorial. Éstos planos alojan entre sí contenedores de almacenamiento para los distintos utensilios, así como estanterías o módulos de cajones dispuestos todos en un orden lógico para ofrecer el mayor confort posible. Destaca como elemento característico las estanterías de chapa de hierro que aprovechan la regularización y nueva continuidad en paredes, obtenida mediante placas de cartón-yeso, para convertirse, a modo de nichos horizontales o ventanas ciegas, en hechos arquitectónicos sumatorios a los nuevos parámetros de percepción. Otros dos factores clave tenidos muy en cuenta durante el proceso proyectual han sido la iluminación de la vivienda; tanto la natural, que ahora llega a todos los rincones, como la artificial. El diseño de ésta última se ha planteado mediante unos pocos elementos lineales, fuentes de luz LED, alojados estratégicamente en las zonas de servicio (baño, cocina y lavadero) y en el dormitorio con el objetivo de ofrecer una distinta percepción del espacio durante el día o la noche, así como una controlada dramatización del mismo. La luz LED se combina con otro tipo de luminarias, de carácter más doméstico, capaces de focalizar la atención puntualmente según las necesidades y usos del habitante. Destaca la capacidad transformacional del espacio a partir de un cuerpo central que esconde y aisla un bajante comunitario preexistente. Éste nuevo núcleo aglutina toda una serie de planos deslizantes cuya combinatoria ofrece múltiples posibilidades. El otro elemento destacable es la configuración del volumen de la isla-barra-mesa, ampliable por lo que respecta a su longitud, que facilita admitir más comensales si las circunstancias así lo requieren. La materialización de los hechos proyectuales mediante los elementos constructivos dispuestos para la consecución de dichos hechos busca aportar unas nuevas cualidades matéricas que sean consecuencia de lo descrito hasta ahora: la luminosidad del color blanco reflector de la luz natural, los reflejos como no-material y la consecuente desconfiguración espacial, la madera de roble como hilo o manto conductor de efecto multiplicador mediante pliegues que se levantan y abrazan a los objetos, muebles y personas ... buscando convertirse en un medio conector entre pies y manos, la madera de iroko en planos suspendidos que aportan fisicidad y vibración en sus distintas configuraciones y la oscura piedra de pizarra en los finales de recorrido. Texto: Tomás López Amat