Description
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- Superfície: 150 m2
- Localidad: Barcelona; C. Grunyí 10
- Fecha: 2013 - 2016
- Diseño gráfico: Andrés Requena
- Consultoría estructuras: Óscar Frago, arqu.
- Consultoría acústica: Ivana Rossell, ing.
- Fotografía: José Hevia
- El local comercial que acoge el actual ‘MAG by El Magnífico’ está ubicado en un inmueble del centro histórico de la ciudad (en el barrio del Born), cuya construcción original data de mediados del siglo XIX. El espacio en cuestión está actualmente conformado por dos plantas: la planta calle de 90 m² y una planta sótano de 60 m². Una pequeña dependencia que existía en el primer piso del inmueble era accesible mediante una escalera de madera desde el local. Nada más empezar el proyecto y obra se desestimó su uso en favor de una necesaria mejoría del acceso a la planta sótano. La planta baja disponía de una salida directa a un pequeño patio de luces a través del que se accedía al único aseo. Las dos plantas estaban conectados mediante una escalera y tres huecos de ventilación (de distintas proporciones, tapados con unas rejas de ventilación) por los que la humedad del nivel inferior afloraba hacia la planta baja. El estado previo de la planta calle se encontraba subdividido en tres marcadas dependencias (mostradores de venta, oficina y un almacén con la maquinaria necesaria para el tueste de café) y evidenciaba una última y fuerte intervención de mediados de los años 60. La planta sótano, insalubre y en pésimas condiciones aunque con una atractiva condición arquitectónica está conformada por la fuerte presencia de un techo abovedado y del sistema estructural de cimentación y basamento de todo el edificio. Toda ella se encontraba recubierta por una gruesa y deteriorada chapa de mortero pintado. La citada planta se encontraba en desuso desde hacía años y muy afectada por el nivel freático de la zona. Planteamos de inicio una estrategia de proyecto basada en la paciencia, acompañada de una meticulosa observación que nos permitieron por un lado descubrir importantes patologías estructurales a corregir además de las apreciadas a priori (algunas de las bigas de madera aparecieron muy deterioradas) y por otro intuir el distinto origen de los gruesos muros y tipologías constructivas; como por ejemplo un interesante arco de medio punto (que estaba tapiado) que probablemente debía comunicar el espacio del local con un antiguo patio o huerto contiguo, como era habitual en el siglo XVI, según recogen diversos estudios históricos sobre el orígen del barrio. El proyecto pretende desde su inicio convivir adecuadamente con la obra para que sea ésta y sus descubrimientos los que ayuden a marcar el devenir de las nuevas atmósferas y su necesaria adaptación en términos de habitabilidad y coexistencia con los nuevos usos y planteamientos llevados a cabo por la tercera generación de la família Sans al frente de éste espacio dedicado, desde hace más de 50 años, al mundo y tueste de café. Se construye, bajo el arco de medio punto, un nuevo cubículo de altura mínima cerrado por un vidrio transparente en su cara superior, que lo aligera para alojar un nuevo aseo y posibilita la visión del antiguo arco descubierto. Toda la planta baja se eleva de cota, mediante una tarima de madera maciza, para que el acceso desde la calle sea más franco y además facilite la implantación de ciertas instalaciones en la nueva cámara de 15 cm. El proceso de diseño del espacio se centró en destapar lo escondido, poner en valor las distintas preexistencias originales y hacerlas convivir con la nueva actuación planteando un contraste con lo nuevo. Para ello se asumieron por un lado ciertos lenguajes vinculados a lo que emergía: la cara interior de los gruesos muros de 60 cm en la fachada de la calle Grunyí estaban conformados con materiales pétreos diversos que aparejados y compactados en bandas verticales ofrecían un sutil despiece en franjas que a su vez se solapan con las de la nueva pintura utilizada; en el sótano el techo abovedado, los arcos de descarga, etc. inducen a resolver el necesario estudio de acondicionamiento acústico mediante un sistema de trasdosado de cartón-yeso con orificios que a modo de grandes lienzos en suspensión esconden unas cámaras de absorción acústica que palían la excesiva reverberación en dicha planta que se destina a cursos, presentaciones y cata de café. Es también mediante el trasdosado de cartón-yeso desde donde también se resuelve la iluminación general con un LED perimetral. Igualmente se ilumina así la planta baja además de dotar a los dos niveles de un sistema de elementos suspendidos en el centro de las crujías, para dar luz hacia los techos y forjados, que está diseñado mediante pletinas y tubo de hierro. Estas piezas suspendidas permiten, además de dotar de una sutil iluminación indirecta a los techos, llevar la instalación para las lámparas suspendidas, evitando la presencia masiva de otros entramados eléctricos. El proyecto asume también una fuerte y a la vez delicada intervención que dote a los espacios de un buen acondicionamiento térmico, debido a los serios problemas de humedad. Éste aspecto mereció un tratamiento también muy específico mediante el uso de sistemas pasivos y activos. Se aisló todo el solado y arrimadero de la planta sótano y se aprovecharon dos de los lucernarios para escamotear sendos ventiladores industriales de renovación del ambiente que toman aire del patio de luces y utilizando discretamente el nuevo tratamiento de los intersticios de las fachadas y la cámara que dejaba la tarima de madera elevada lo expulsan a la calle. Se ha planteado también una fuerte intervención en los huecos de fachada, eliminando las persianas metálicas enrollables. Se incorporan en los tres huecos de acceso y la ventana (recuperada) un sistema de porticones metálicos que se inspira en los antiguos de madera aún presentes en muchos de los comercios de la zona. Se gana así una altura importante en fachada y además se componen las carpinterías y puertas de acceso teniendo en cuenta la vinculación compositiva de la planta baja con el conjunto del piso principal, mediante unos grandes marcos de tubo de hierro pivotantes centrados en el vano, como sucede en el hueco y balconera superior. Las puertas quedan reculadas hacia el interior para crear unos nuevos intersticios, enfatizar los pórticos de acceso resueltos con chapa de acero y posibilitar el plegado de los porticones sin necesidad de ocupar la calle. Se han diseñado también algunas piezas de mobiliario como un gran banco a medida y algunas mesitas. Otros muebles (mostrador, contramostrador, etc. ) se han aprovechado de recientes proyectos también realizados para Cafés El Magnífico S.L. En resumen se trata de, en la medida de lo posible dialogar -desde las demandas actuales y una mirada contemporánea sobre el espacio- con la preexistencia y su memoria atendiendo a la especifica identidad del barrio, antiguamente plagado de gremios que han dejado su huella grácias al actual nomenclátor de sus calles. El vocablo ‘grunyí’ se traduce del catalán al castellano como ‘crepitar’, y esa es la mejor definición para el sonido que producen los granos de café mientras giran en el bombo del máquina de tostar. A la espera de que llegue la remozada tostadora, la antigua máquina de torrefacto (ya en desuso hace años) cuya presencia en el sótano toma nuevo sentido, se ha ‘aseado’ para así explicar algo más de la memoria del lugar.